25/01/2011

Aprendiendo a ser yunque

Hallo allerseits!

Prólogo: quiero dedicar estos párrafos a todos mis telespectadores que siguen mis aventuras por Alemania y que me han acogido con mucho cariño a mi vuelta a España, y han hecho que me escueza el pecho al coger el bus desde La Carolina a Madrid.

He aquí yo de nuevo, con nueva presencia, nueva habitación, nuevos propósitos y con las ganas de siempre.
Pido perdón públicamente a la gente que no he visto en estas semanas, pero uno tiene obligaciones y hay que cumplirlas. Además, como todas las navidades las paso en Jaén, tampoco se nota. Esto ha sido como siempre.

Para el que no haya tenido ninguna noticia mía, que sepa que me he hartado de comer, de "dormir" cuando he podido, de descansar, que me hacía bien falta y de agacharme a cargar espuertas. Todavía estoy haciendo la digestión de los deliciosos manjares engullidos en la cena de Nochebuena y la comida de Navidad. Y como no, pues también he estudiado, que aunque sea erasmus y muchas bromas que haga, tengo 55 créditos ECTS en un solo cuatrimestre, todo en alemán.....tiene tela la cosa!

Éste es uno de los motivos por lo que he tardado tanto en dar señales de vida, que tenía (y sigo teniendo y tendré) un montañas de apuntes por traducir, por estudiar, visitar a profesores, concretar la fecha de los exámenes....menudo follón hay aquí montao para poder hacer un examen....esto es un campus gigante con un montón de carreras técnicas, y cada una con nus correspondientes insitutos, y en cada instituto una secretaría....¡ahora vas y lo cascas!
Otro motivo es que yo llegué aquí a KA a las 20.00 el lunes 10 de Enero, y resulta que tenía que mudarme a la nueva habitación. Así que a mo ver maletas para arriba, maletas para abajo, ordenar esto...¡¡¡¡y al día siguiente clase a las 8.00 de la mañanaaaa!!!! Encima lo más gracioso: llego a piso y el tío que se había ido y me dejaba la habitación se había llevado todo de la cocina porque era suyo, no era del piso. No es agradable cenar patatas fritas rancias de un mes anterior con una lata de extraño pescado en salsa de tomate con agua para rebajar porque no tenía otra cosa. Comprenderéis que me fui de compras desesperadamente, y no por las rebajas, que eso se lo dejo al que lo quiera y lo aguante, que ya hay que tener ganas.
Para colmo (y que conste que agradezco muchísimo su visita porque he aprendido muchas cosas, como siempre él ha hecho y tenía ganas de verlo y pasar unos días juntos), Quique abandonó su puesto en la capital de Baviera para hacerme una visita, cuando no tenía ni la maleta desempaquetada. Bueno, hasta el fin de semana pasado todavía tenida cosas repartidas por diferentes pisos de amigos en KA.

Pero ya todo pasó. Me encuentro muy bien, de salud, de ánimo y de todo. Estoy agobiado por los exámenes pero eso es normal. Eso me pasa por borrico y cogerme tantos créditos ahora. Por cierto, las visitas quedan restringidas hasta el 28 de marzo.

Para terminar, como esto ha quedado un poco soso, os cuento una anécdota con la maleta:

Moraleja: nunca os fiéis de las básculas analógicas (las de aguja). Mido la maleta en La Carolina el sábado 9 de enero, antes de coger el autobús hacia Madrid. 20 Kg la grande y 8 con poco la pequeña. Perfecto, entran en los límites. Ya me acojono cuando no me dejan imprimir el billete, que ni siquiera tenía el código por problemas con el correo. Hablo com mis compañeros y me dicen que no pasa nada. Ea, vámonos que nos vamos a Madrid. El viaje muy tranquilito y sin prisas. En Madrid soy capaz de llegar al sitio sin perderme y sin complicaciones. Al día siguiente, mido de nuevo la maleta por si acaso con uan báscula digital........¡¡¡28 Kg la grande y 11 Kg la pequeña!!! ¿¿!!Qué!!?? Joeee, otra vez igual. Yo que estba tan contento porque iba a ser un viaje cómodo. Qué """bien""" (aquí faltan muchas comillas) elegí Ingeniería industrial de carrera, pues me las ingenié para cargar con 7 Kg y dejando atrás solo 4 paquetes de tomate frito y 1 Kg de polvorones. ¡Atención! 4 pantalones, llenos los bolsillos de calcetines, calzoncillos, chorizo en lonchas, y un combo de un chorio+lomo+salchichón, bufanda, guantes y no sé que más. "Por mi huevos que el 1'6 Kg de cola-cao, los 3 quesos curados, las 3 botellas de aceite, la morcilla vienen conmigo", grité a los cuatro vientos. ¡Y vaya que si vinieron! Antes que dejar el queso o la morcilla mes saco un riñón y lo meto ahí.
Pero no os asutéis, que en el aeropuerto, debido a los problemas del servicio con el correo, toda la gente tuvo que facturar maleta y recibir el billete, y como la pequeña no la pesaban, pues metí ahí de todo, savo los cuatro pantalones porque estaba embutido en ellos.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Hasta más noticias....más o menos abril.

Bis dann!!